Como diseñadora estoy acostumbrada a conceptualizar marcas y crear
identidades visuales corporativas. Un día en mi mundo habitual puedo crear una
nueva iconografía para una empresa o una persona; otro día puedo generar los
artes para una campaña mensual en plataformas digitales entre muchas otras
cosas. El mundo de los diseñadores es muy amplio y cada día es una nueva
aventura.
Muchas personas tienen la idea de que la creatividad es algo que está
relacionado estrictamente con las personas que trabajan en diseño, publicidad,
artes plásticas, etc, etc. Tienen la idea de que la creatividad es una
habilidad exclusiva de las personas que están en esos rubros. Bueno, les cuento
que eso no es del todo cierto y es hasta en cierto punto completamente falso.
La creatividad es una habilidad que todas las personas tenemos solo que
algunas la trabajamos con mayor destreza y se convierte en una de las
habilidades más desarrolladas que tenemos.
¿Sabes qué pasa cuando le dices a las personas que también son creativos
y pueden crear lo que deseen haciendo uso de sus propias habilidades?
La respuesta es simple, no se lo creen pero cuando les demuestras lo
contrario, quedan asombrados porque descubren que si eran capaces con una guía
adecuada.
Este año tuve la oportunidad de convencer a un grupo de personas magníficas
de que sí eran creativos. Durante dos meses se llevó a cabo el Programa Brand
Coaching, un taller de creación y desarrollo de marca personal. Este taller lo
dicté junto a Ernesto Montellanos Corso, una persona increíblemente creativa
del cual rescato como su mejor habilidad, en mi opinión, lo humano.
En esos dos meses conocimos a un grupo muy variado de personas, las cuales
decidieron emprender como marca personal para negocios futuros. Cada persona es
como un universo, muy distinto al otro pero con características en común en
algunos casos. Y como cada universo es diferente, se tiene que conocer para
aprender que es lo que lo diferencia de los demás. Lo primero que hicimos fue
el llamado Coaching, lo que buscamos en esta etapa fue que cada individuo
reconociera y aceptara las fortalezas y debilidades que tenía. De la misma
forma se logró que cada uno se auto reconozca y se acepte con todo lo que
traía. Fue una etapa muy interesante porque siempre se aprende algo nuevo,
incluso de uno mismo y en este taller todos aprendimos varias cosas nuevas de
cada uno, incluidos los docentes. El
resultado fue muy gratificante, cada individuo logró conceptualizarse gracias
al autoconocimiento.
La siguiente etapa es en la que más me involucré, la parte creativa y de
desarrollo. Fue en este momento en el que surgió la frase “Ahora nos ponemos a
diseñar”
Obviamente la reacción fue de asombro e incredulidad porque ninguno era
diseñador o manejaba conceptos y programas de diseño. Pero esto no fue
impedimento alguno para que cada uno creara la identidad visual de sus propia
marcas.
Con papel, lápiz y plumones en mano, se crearon las marcas. Dibujos en la
pizarra, garabatos, intentos de tipografías. Nos pusimos creativos en el uso de
los recursos que todos sabían utilizar. Cada miembro del taller terminó creando
en su totalidad cada logotipo, slogan, arte para redes entre otras cosas, y lo
mejor de todo era que al final si creyeron. Creyeron y lo experimentaron, todos
somos creativos, la clave está en saber impulsar esa creatividad.
Obviamente me encargué de convertir todo lo creado en artes digitales J
Este taller de creación y desarrollo de marca personal, Brand Coaching ha
sido una de las experiencias más reconfortantes que he vivido últimamente. Yo
estoy habituada a crear usando mi creatividad y los recursos que manejo, pero
el lograr que un grupo de personas que no tienen los mismos conocimientos y
recursos, creen sus propias marcas, se reconozcan en ellas, y se sientan felices
y dichosos porque lograron lo que pensaban que no podían en un inicio,
sinceramente no tiene precio.
Muchas gracias a cada uno de los participantes del Programa Brand Coaching.
El siguiente paso… que despeguen sus marcas.
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